Historia Luis Monzon Rallye el Corte Ingles Temporada 1992

En los años 1992 a 1994, Luis Monzón se encontraba en su mayor esplendor deportivo cuando con un Lancia Delta Integrale de grupo A, lograba el subcampeonato nacional de rallyes sumando sus primeras victorias absolutas como fue la del Rally de Cantabria-Santander. Su participación en el nacional de esos años se completó con su debut en el Mundial de Rallys participando en el Rally de San Remo (Italia), con un Ford Sierra Cosworth.

Pero lo vivido por los aficionados en el año 1992, en el Rally El Corte Inglés, iba a marcar un antes y un después en la carrera deportiva de Luis Monzón. Se jugaba mucho este piloto gran canario de cara al europeo y posiblemente al mundial de la especialidad.

La Escudería Griffone, cuyo capitán fue en ese momento el piloto italiano de mucho prestigio Fabrizio Tabaton, y por tanto, cedía monturas a pilotos locales, en especial a Monzón, que en plena juventud recibía la confianza del italiano para ponerle en sus manos la primera unidad que caía en manos privadas del Lancia Delta Integrale denominado Deltona. Monzón tenía como oponentes a pilotos de entidad internacional como el propio jefe de la escuadra italiana Tabaton y al recién proclamado campeón de Europa, Piero Liatti.

Liatti en ese momento dominaba la prueba, pero Luis sufría un pinchazo y se le ponía cuesta arriba el rallye. En la segunda etapa el grancanario, de forma espectacular, comienza a pulverizar registros y da caza al italiano, llegando al último tramo liderando la competición. Monzón y por consiguiente todos los aficionados jaleaban una visctoria que los canarios deseaban para su prueba reina, después de muchos años de hegemonía de victoria de pilotos foráneos. Había muchas miradas internacionales puestas en su actuación.

Sin embargo, a mitad de la especial de Valleseco-Zumacal, y cuando más confiado estaba el gran canario, se producía la tremenda decepción y frustración para público y piloto. Monzón golpeaba una rueda, concretamente la derecha y la deltona mal herida se rendía en el cruce de la laguna, abandonando así la competición. El gozo en un pozo. Se perdieron todas las aspiraciones e ilusiones de un posible salto al automovilismo mundial. Tabaton al pasar por el mismo punto, que justo iba detrás del gran canario se llevaba las manos al "casco" porque no daba crédito de lo que estaba viendo.

Con este incidente las inseguridades motivadas por la fogosidad volvieron a apoderarse de Monzón, esfumándose su gran oportunidad y cerrándosele muchas puertas. A partir de ese instante tocaba volver a luchar por sí mismo y abrirse camino a golpe de rodar por despachos y pelear sobre el asfalto.